SEÑOR DIRECTOR:

Tras el plebiscito, las fuerzas políticas buscan continuar con el proceso constituyente y dar cauce institucional a las demandas sociales.

Consideramos un requisito que la redacción del texto constitucional sea encomendada a un órgano electo democráticamente, representativo y paritario, que incorpore estándares internacionales de derechos humanos, en un proceso participativo, transparente y debidamente comunicado a la ciudadanía en todas sus etapas.

El carácter democrático de ese órgano y su legitimidad no pueden fundarse solo en que sus integrantes sean elegidos por la ciudadanía. Es necesario, además, que los contenidos sean debatidos íntegramente en dicho órgano por quienes sean electos y electas para este fin.

Por ello, no cabe imponer límites ex ante a los contenidos de la Carta Fundamental por parte de un órgano distinto al mandatado para ello, impidiendo anticipadamente la deliberación constitucional. Resguardar la democracia exige que los contenidos de fondo sean debatidos y definidos por quienes sean electos por la ciudadanía para ello y por la sociedad en su conjunto. Solo así se puede asegurar la legitimidad del nuevo proceso.

Mariela Infante, directora de Corporación Humanas

Teresa Valdés, coordinadora del Observatorio de Género y Equidad

Virginia Guzmán, subdirectora del Centro de Estudios de la Mujer

Integrantes de la Plataforma Nada Sin Nosotras

Publicada en La Tercera