Este primer encuentro con la ciudadanía de las mujeres abrió el debate sobre una Nueva Constitución y el próximo proceso constituyente, incorporando y reconociendo los derechos colectivos de las mujeres, en base a su diferencia sexual y de género.

El Primer Cabildo de Mujeres por una Nueva Constitución fue organizado por Corporación Humanas, en conjunto con la Municipalidad de Providencia, en el marco del programa conjunto entre la Unión Europea y ONU Mujeres para fortalecer a las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por la equidad de género.

Esta acción ciudadana congregó a un centenar de mujeres provenientes de una multiplicidad de organizaciones: sociales, culturales y de base que trabajan en el ámbito local y comunal, a agrupaciones de mujeres y feministas que proyectan su trabajo en el nivel nacional y regional.

Josefa Errázuriz, alcaldesa de la Municipalidad de Providencia dio la bienvenida a este Primer Cabildo por una Nueva Constitución expresando que ha sido una magnífica oportunidad de dialogar, intercambiar ideas y escucharnos como comunidad. “Necesitamos elaborar conjuntamente, en forma transparente, con la ciudadanía y de cara a la ciudadanía, una Nueva Constitución que involucre mecanismos de participación activa de la comunidad”.

María Inés Salamanca, coordinadora de Programa de ONU Mujeres en Chile, destacó la importancia de los procesos constituyentes que se han vivido en América Latina. “Se pudo concluir a raíz de las experiencias anteriores como el Seminario sobre Nueva Constitución y Derechos Humanos de las Mujeres, fue la importancia de tener una visión conjunta de la igualdad de género en una constitución, para que esta no sea integrada como un capitulo o anexo dentro de la Carta Fundamental, sino que de una manera integral”

“Es fundamental que podamos reflexionar sobre estas materias que son esenciales  para el proceso que se llevará a cabo en el país, ya que la reescritura de las constituciones se presentan como una oportunidad para incidir y poder trabajar hacia la sociedad que queremos. Para ello, una ciudadanía organizada, informada y activa es fundamental. Esta nueva Constitución No Sin Mujeres”, puntualizó la representa de ONU Mujeres en Chile.

Por su parte, Lorena Fríes Directora del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), subrayó que la actual Constitución no sólo tiene un problema de ilegitimidad de origen, sino que también en sus contenidos fundamentales ya que interpretan sólo a un grupo minoritario de la población.

“Estamos hablando de una participación real, activa y transversal que plasme nuestras formas de aproximarnos a la vida en comunidad. Hablamos de reconocer los derechos sexuales y reproductivos, la autonomía sobre nuestros cuerpos, la participación política, el derecho a vivir una vida libre de violencia, la redistribución de las labores de cuidado y el acceso igualitario a un trabajo remunerado”, concluyó Fríes.

Para Carolina Carrera presidenta de Corporación Humanas una nueva Constitución es un acuerdo sobre el país y la sociedad en que se quiere vivir. “Las constituciones no son un mero instrumento jurídico, es una hoja de ruta que los países se dan por muchos años para plantear que tipo de sociedad quieren”.

“En la actual Constitución no estamos como sujetas plenas de derecho. No basta con que se diga que hombres y mujeres somos iguales ante la ley. Los países que han logrado cambiar sus constituciones gracias al movimiento feminista, organizaciones de mujeres, organizaciones sociales y juntas de vecinos/as que han realizado un largo proceso de discusión logrando, lo que llaman, mínimos irrenunciables: queremos la paridad y vivir una vida libre de violencia”, sostiene Carolina Carrera.

Experiencia comparada en América Latina

En Ecuador, las mujeres incorporaron en la nueva Constitución el reconocimiento de la economía del cuidado, la seguridad social para las mujeres que realizan trabajo doméstico no remunerado, el respeto de los derechos colectivos de los pueblos originarios, y se precautelan los derechos de las mujeres indígenas. A su vez, establece la igualdad entre hombres y mujeres, constituyéndose así la igualdad y la no discriminación por razón de sexo en principios fundantes de la Constitución.

En el caso de Colombia, también incorporó en la Constitución principios respecto de la igualdad de género y derechos de las mujeres, se reconocieron los derechos sexuales y reproductivos, la reproducción humana se estableció como un derecho y una responsabilidad.

Por último, en el caso de Bolivia, la nueva Constitución incorpora el principio de equidad social y de género, la democratización y reconocimiento del valor del trabajo doméstico, la acción positiva, la igualdad y no discriminación, los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a una vida libre de violencia, el principio de la paridad, uso de lenguaje no sexista.