En medio de la catástrofe que afecta a una parte importante del norte de Chile, este fin de semana diversos medios de comunicación informaron sobre la desaparición de un grupo de mujeres – trabajadoras asalariadas agrícolas -, quienes habrían estado dentro de un container habilitado como “módulo dormitorio”, presumiblemente arrastrado por el alud que afectó a la localidad de San Antonio, en Tierra Amarilla, Atacama.

Las primeras denuncias de los trabajadores y trabajadoras de la localidad apuntaron al encierro de las trabajadoras en un container, bajo candado; situación desmentida por representantes de la empresa Frutícola Atacama. Estos han insistido en que las trabajadoras se encontraban en dependencias habilitadas como dormitorios, con salida de emergencia; separadas de las instalaciones de los varones por “razones de seguridad”. Horacio Parra gerente de la frutícola ha reiterado que el cierre estaba dispuesto exclusivamente para el perímetro de la faena.

Durante todo el fin de semana, se sucedieron nuevas acusaciones sobre las condiciones de trabajo de la Frutícola Atacama y declaraciones cruzadas entre las trabajadoras y la empresa, desmintiéndose las informaciones mutuamente. Sólo algunas declaraciones entre empresa y trabajadoras han coincidido: ambas partes concuerdan en que la mayoría de las trabajadoras se encontraban en módulos dormitorio, sólo algunas pocas en container, y que los cierres eran perimetrales y entre las dependencias de hombres y mujeres como “medida de seguridad”.

El gobierno y las autoridades que están trabajando en el sitio del alud en Tierra Amarilla afirmaron que no existen indicios sobre la desaparición del container con mujeres trabajadoras, pese a los antecedentes que entregan insistentemente familiares y compañeros de labores en la frutícola.

Dada la abundante evidencia que existe sobre las condiciones de empleo y trabajo de las asalariadas agrícolas en Chile, Carolina Carrera presidenta de Corporación Humanas urge a que se inviertan los esfuerzos para aclarar lo sucedido en el campamento de la frutícola y que se entreguen públicamente y a la brevedad, todos los antecedentes sobre el caso denunciado, con el objetivo de que no exista duda sobre el paradero de todas las trabajadoras de la faena.

Existe un inmenso manto de duda sobre lo sucedido. Las declaraciones cruzadas entre la empresa, las familias, las trabajadoras y el gobierno se mantienen, y hay una opinión pública expectante por conocer todos los antecedentes que rodean las denuncias de estos días”, expresó Carolina Carrera de Corporación Humanas. En esta línea, dijo que se requieren informaciones verosímiles, que aplaquen la conmoción pública que se está generando. Para ello, desde Humanas se propone un trabajo coordinado desde el Servicio Nacional de la Mujer, el Ministerio del Trabajo vía la Dirección del Trabajo; Interior y los órganos que están trabajando en terreno.

“Se requiere de un posicionamiento más enérgico frente a la denuncia, las trabajadoras asalariadas agrícolas de la zona y las familias de las personas desaparecidas necesitan de una mayor presencia de las autoridades, a fin de que se esclarezcan cuáles eran las condiciones de trabajo y empleo que se estaban aplicando en la empresa Frutícola Atacama, y si estaban o no, ajustadas a los estándares de trabajo decente, acordes a los compromisos en materia de derechos, suscritos por el Estado de Chile”, demandó Carolina Carrera.