10 de diciembre de 2020. Es una fecha significativa y un momento relevante. Hoy, 10 de diciembre, recordamos la presentación de la primera querella por violencia sexual en dictadura. Se trata de la acción interpuesta por Patricia Herrera el año 2010, a la que se suma cinco años después la de Ana María Campillo (2015). Ambas coincidieron en el centro de tortura los subterráneos de la Plaza de la Constitución, donde permanecieron juntas pocos meses tras el Golpe Militar, en el invierno de 1974.

UN RELATO EN PRIMERA PERSONA

Unimos nuestros caminos en la búsqueda de justicia por el mismo delito perpetrado en ese lugar. Ha sido un camino difícil y demasiado largo, como el que han recorrido y siguen recorriendo las mujeres sobrevivientes de violaciones a sus derechos humanos, y hoy también, el de todas las víctimas de la violencia de Estado que han engrosado y siguen engrosando esa lista, desde la revuelta que irrumpió como un caleidoscopio colorido y fértil en octubre de 2019.

Conmemoramos un nuevo aniversario del Día Internacional de los Derechos Humanos y, en una trágica paradoja, asistimos a un hecho inaceptable e inconcebible por su crueldad: la liberación de los peores violadores de derechos humanos y autores de crímenes de lesa humanidad cometidos en dictadura, absueltos por jueces incapacitados para administrar justicia. En este grave contexto, condenamos y repudiamos este fallo que consagra la impunidad, reafirmamos nuestro derecho a la vida y a la integridad física y psicológica de todas y todos quienes somos parte de este territorio, y manifestamos nuestra inquebrantable convicción de seguir y no cejar en la lucha por la verdad, la justicia y la reparación. Hoy, más que nunca, ni perdón ni olvido.

Desde que empezamos el recorrido burocrático por develar el horror vivido en el Golpe Militar y la dictadura, hemos sido impulsadas también por la fuerza de otras mujeres que entregaron su vida por defender la democracia. Honrando su memoria, saludamos a quienes han perseverado en la demanda de justicia recorriendo este digno y difícil camino, rompiendo el tupido velo de la impunidad gracias a la acción valiente de abogadas, familiares y amigas, compañeras y compañeros que han concurrido a aportar con su testimonio valiente.

Entregamos nuestro reconocimiento y gratitud a las abogadas de Corporación Humanas, que han llevado adelante nuestras querellas con profesionalismo y perseverancia y que nos han ayudado a mantener la esperanza y la fuerza para seguir en ese camino que no cesará hasta que se establezca toda la verdad y se haga justicia plena, más allá incluso de nuestra propia demanda.

Saludamos especialmente el coraje y la voz clara de las mujeres de Venda Sexy, valoramos su lucha valiente y concordamos con ellas en que el fallo reciente que explicita el delito de violencia sexual es tardío e insuficiente, y apoyamos su lucha por recuperar el espacio en el que se cometieron estos crímenes, lugar donde deberá levantarse un sitio de memoria que visibilice la violencia sexual como crimen de lesa humanidad.

Asimismo, declaramos nuestra voluntad de seguir en pie para que el Cuartel 1, bajo la Plaza de la Constitución, donde nuestros cuerpos fueron violentados por agentes del Estado de Chile, se visibilice en ceremonia oficial como sitio de memoria, establecido como tal recién en el año 2016 por el gobierno de Michelle Bachelet. Cada lugar, cada espacio y cada subterráneo de Chile donde se haya perpetrado el horror por agentes del Estado, tendrá que ser declarado lugar de memoria donde la dignidad se imponga como símbolo de otro tiempo.

Por último, desde nuestra condición de mujeres conscientes y activas en la búsqueda permanente de la verdad y la justicia, saludamos a las organizaciones de derechos humanos, movimientos de mujeres y organizaciones sociales en general, y a todas, todos y todes quienes han luchado y luchan hoy por la dignidad en un momento particularmente crítico de nuestra vida política, en el que la ciudadanía, contra todas las barreras impuestas, impulsa con fuerza la construcción de una nueva Carta Fundamental, una nueva Constitución que deberá recoger y garantizar los derechos humanos de todas y todos los habitantes de nuestro país, incluidos los pueblos originarios que hoy deben luchar por los cupos a los que tienen sobrados derechos, particularmente las mujeres mapuche que a esta hora están siendo violentadas.

Es particularmente importante, por tanto, el momento político que enfrentamos como mujeres y como país. Asistimos atentas y activas al debate que se levanta en cada espacio donde la ciudadanía consciente busca la forma de reescribir nuestros derechos y construir en conjunto la casa común en la que viviremos, nosotras y las generaciones siguientes, protegidas y seguras, con la verdad y la justicia como bandera.

¡Libertad a lxs presxs por luchar!

¡Arriba las mujeres que luchan contra la violencia patriarcal!

Por un Chile digno, verdad, justicia y reparación.

FIRMAN:

Patricia Herrera                                            Ana María Campillo